Son casi las 12 de la noche de un viernes lluvioso cerca del mar y ya con té de manzanilla y canela en mano me dispongo en pantuflas a narrar. Cada vez que algo me sacude un poco el alma es como si después necesitase ponerme a escribir para poder entender y desmenuzar las cosas que me pasan.
Después de haber chateado un par de veces con un extraño por red social me decido a salir al encuentro(algo que no venía haciendo hace bastante). Habíamos estado yendo y viniendo con algunos mensajes, visto nuestras fotos por instagram y cierto sentido del humor nos acercaba para poder finalmente conocernos.
Son las 18:30 y ya habiéndome puesto bonita agarro mi cartera preferida, tomo las llaves del auto, mi billetera y despido a mi perro para poder salir. Cierro bien la puerta de casa, dejo música y luces prendidas para que todo quede bajo control y le aviso a Carlos(el del chat) que estoy a punto de partir.
Antes de agarrar la ruta paso por la estación de servicio, siempre se me desinflan las ruedas y no quiero tener que quedarme en el medio del plan. Llego a la ypf del pueblo y apenas bajo los empleados me aplauden...yo chocha revoleo la cabeza, me acomodo bien y estoy lista para ir. Nada mejor que te levanten el autoestima antes de tener que encontrarte con alguien, te confirma lo bien que estás para seguir.
Ya en la ruta pongo a Prince a todo volumen y voy cantando copada a la par. Me confundo de bajada pero nada que mi gps en el teléfono no pueda reanudar y llego a destino. Me quedo un rato en el auto porque Charly me avisa que aún no está llegando y no quiero pasar frío. Al rato me quedo sin señal, me doy cuenta que no está tan fresco y decido bajar para ir pidiendo una cervecita a la vez que elijo un lugar cómodo para sentarnos.
El llega en el medio de mi tercer trago de cerveza artesanal, nos saludamos y veo que no es tan parecido a quien yo había estado conversando estos últimos días. Lo dejo pasar, a veces sucede... nos ponemos a ver la carta mientras nos adentramos en la cita.
Se hace muy difícil conocerse mediante internet...no siempre mostramos lo que realmente somos ni se hace tan visible la esencia y la verdad de nuestro ser. Creo que por eso nos desilusionamos tanto...llega el momento de vernos en persona y no condice con quien estuvimos hablando por chat. Es como si fuese un avatar de esa persona de carne y hueso que luego se convierte en realidad y dista de lo que representaba.
Vamos y venimos con distintos temas...intento ir por un lado pero veo que no fluye mucho... dejo de hablar un poco para que el haga su movida y veo que se le complica también...saco otro tema y lo intento hacer parte de la charla pero entre cansado y medio lelo no agarra mucho la onda y en el medio yo me voy quedando dormida. Tomar una sóla cerveza y manejar de noche no es muy compatible con que encima te toque un dormilón.
Trato de ser tolerante y darle un poco más de tiempo pero si bien seguimos hablando me doy cuenta que no tiene mucho sentido insistir...el tipo no me gusta, no hay vuelta que darle. Vamos cerrando la noche y le digo que se me está haciendo tarde y que el tiene un largo recorrido de regreso(vive en Balcarce, eso tampoco lo sabía).
Paso por el baño mientras voy contestando unos mensajes de whatsapp, mis amigas ya estan en tema y les voy contando a la vez que me lamento. Entre desgano y un poco de bronca lo saludo... me voy corriendo para que no me quiera encarar. Me lanzo adentro del auto y arranco rápido para poder desaparecer. Le toco bocina para hacerme la copada, tampoco quiero quedar mal, no nos gustamos y punto pero por favor me quiero extinguir.
Harta de citas con sabor a poco voy volviendo a casa y me pregunto por qué? Si acaso esta vez tampoco esperaba tanto, tan sólo un tipo con quien reir un rato y capaz darnos unos besos o coger...siquiera para eso? Ya qué se puede esperar?
Y a la vez que manejo al compás de Billy Idol me cuestiono...es que tan abajo quedó la vara? Dónde estan esos recursos de masculinidad para encarar una mujer y hacerla sentir viva? Acaso todo este cambio en nuestro género los ha dejado tan patas para arriba que no se pueden ni bien acercar? Porque de eso creo que se trata: tener herramientas para aproximarse, poder charlar...seducirte un buen rato y que a vos te den al menos ganas de garchar...
Y en vez de eso tenemos esto...hombres bastante inseguros, faltos de tacto que boquean bastante pero luego se van al mazo...que no regulan ni un poco ni miden el timing de una conversación, quieren ir directo al grano pero no estan dispuestos a saltar las vallas necesarias para llegar a destino.
Quien hoy obtenga alguna de estas cualidades creo que sería Gardel y estaría levantando a mansalva, pero no se avivan siquiera para flirtear o coger y en vez me parece que se conforman con autosatisfacerse o quedarse dormidos.
Y no puedo evitar sostener la idea de que el amor te lleva puesto y eso es lo que siempre quise, aunque me tumbe y a veces me haga pelota prefiero un amor con todos los letreros y los sonidos. Aunque me cueste, aunque me juzquen y me critiquen de pesada y de inconformista. No quiero tener que acomodarme a la idea de un amor a medias y que sea soso o insulso.
Que todo el mundo esté en pareja no lo hace más honesto sino todo lo contrario. La gente no sabe estar sóla, ni acercarse, alejarse o encontrar aquello que realmente nos complementa.
Yo sí quiero encontrar a ese amor de mi vida, quien me haga temblar las piernas, ponerme nerviosa, colorada y me haga hacerme pis encima. Que cada vez que lo vea me corra más rápido la sangre por las venas y se me llene de mariposas la panza. Que al verlo me muera por darle un beso o también tenerlo presente en mis sueños y mis anhelos. Todo eso. Y más. Eso es lo que yo deseo.